lunes, 6 de abril de 2015

INMIGRACIÓN

La República Dominicana, desde siempre, ha sido punto clave para la inmigración extranjera, de todo tipo de grupos sociales y culturales. Nuestro País, es y ha sido siempre un lugar muy llamativo pata todos aquellos extranjeros que desean salir de su país.

Entre todos estos inmigrantes extranjeros, podemos reconocer a, nuestros vecinos, los haitianos, a los cuales también, por alguna u otra razón, les ha atraído nuestro país.

ORIGEN DE LA INMIGRACIÓN HAITIANA

Las raíces históricas de esta situación se encuentran en la ventaja comparativa para la industria azucarera dominicana que representa la disponibilidad de una amplia fuente de mano de obra barata por su efecto contenedor, sino descendente, sobre el nivel de los salarios. La industria del azúcar dominicana empezó su gran expansión después de la segunda guerra mundial y encontró una fuente cercana en la contratación de haitianos para el corte de caña durante las zafras.

La mano de obra haitiana resultaba ser barata debido a las condiciones económicas y de mercado presente y al abuso que originaba la falta de alternativas, incluso frente a condiciones de vida misérrimas.

Históricamente se ha denunciado que los trabajadores haitianos que cruzan la frontera para trabajar en los cultivos de la caña en la República Dominicana han sido víctimas de toda clase de atropellos por parte de las autoridades, desde asesinatos, malos tratos, expulsiones masivas, explotación, condiciones de vida deplorables y la falta de reconocimiento de sus derechos laborales.

CAUSAS DE LA INMIGRACIÓN HAITIANA

Desde hace más de un siglo, los haitianos han estado penetrando pacíficamente en el país asentándose en tierras agrícolas abandonadas por los dominicanos en tiempos de la Primera República.
Por más esfuerzos que se hicieron en el siglo XIX por llegar a un acuerdo con Haití, nunca fue posible aclarar la cuestión de los límites fronterizos, pues el tratado de 1874 fue un instrumento defectuoso; las negociaciones de Lilís poco antes de morir otorgaron los derechos de los haitianos sobre las tierras, hasta entonces reclamadas por los dominicanos.

Durante muchos años, a principios del siglo XX, se trató de llegar a un arreglo sobre los límites fronterizos, el cual solo pudo aclararse en 1929 durante el Gobierno de Horacio Vásquez. Pero a pesar de haberse firmado el 21 de enero de ese año un Tratado sobre la fijación de Límites, en el país quedaron viviendo varias decenas de millones de haitianos trabajando como obreros de la industria azucarera o como sirvientes en las casas de familia o como agricultores y pequeños comerciantes en el sur y en la Línea Noroeste cerca de la Frontera




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