INMIGRACIÓN
La República Dominicana, desde siempre, ha sido punto clave para
la inmigración extranjera,
de todo tipo de grupos sociales y culturales. Nuestro País,
es y ha sido siempre un lugar muy llamativo pata todos aquellos extranjeros que
desean salir de su país.
Entre
todos estos inmigrantes extranjeros, podemos reconocer a, nuestros vecinos, los
haitianos, a los cuales también, por alguna u otra razón, les ha atraído
nuestro país.
ORIGEN DE
Las
raíces históricas de esta situación se encuentran en la ventaja comparativa
para la industria azucarera dominicana que representa la disponibilidad de una
amplia fuente de mano de obra barata por su efecto contenedor, sino
descendente, sobre el nivel de los salarios.
La industria del azúcar dominicana
empezó su gran expansión después de la segunda guerra mundial
y encontró una fuente cercana en la contratación de haitianos para el corte de
caña durante las zafras.
La
mano de obra haitiana resultaba ser barata debido a las condiciones económicas
y de mercado presente
y al abuso que originaba la falta de alternativas, incluso frente a condiciones
de vida misérrimas.
Históricamente
se ha denunciado que los trabajadores haitianos que cruzan la frontera para
trabajar en los cultivos de la caña en la República Dominicana
han sido víctimas de toda clase de
atropellos por parte de las autoridades, desde asesinatos, malos tratos,
expulsiones masivas, explotación, condiciones de vida deplorables y la falta de
reconocimiento de sus derechos laborales.
CAUSAS DE LA INMIGRACIÓN HAITIANA
Desde
hace más de un siglo, los haitianos han estado penetrando pacíficamente en el
país asentándose en tierras agrícolas abandonadas por los dominicanos en
tiempos de la
Primera República.
Por
más esfuerzos que se hicieron en el siglo XIX por llegar a un acuerdo con
Haití, nunca fue posible aclarar la cuestión de los límites fronterizos, pues
el tratado de 1874 fue un instrumento defectuoso; las negociaciones de Lilís
poco antes de morir otorgaron los derechos de los haitianos sobre las tierras,
hasta entonces reclamadas por los dominicanos.
Durante
muchos años, a principios del
siglo XX, se trató de llegar a un arreglo sobre los límites fronterizos, el cual
solo pudo aclararse en 1929 durante el Gobierno de
Horacio Vásquez. Pero a pesar de haberse firmado el 21 de enero de ese año un
Tratado sobre la fijación de Límites, en el país quedaron viviendo varias
decenas de millones de haitianos trabajando como obreros de la industria
azucarera o como sirvientes en las casas de familia o
como agricultores y pequeños comerciantes en el sur y en la Línea Noroeste
cerca de la Frontera
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